martes, 3 de abril de 2018


¿Creéis que un huevo puede botar sin que se rompa?

Siempre nos han dicho que hay que tener mucho cuidado con los huevos. Que debemos cogerlos con delicadeza porque pueden romperse. Pero esto no siempre es así. 
A continuación vamos a experimentar la transformación y qué puede llegar a suceder en el interior de un huevo, cuando lo dejas en vinagre unos días. Pasamos de tener total precaución, a poder jugar con él, como si de una “pelota de goma” se tratase. Rebota vuelve a rebotar. Eso sí, con cierto cuidado…¡no debemos olvidarnos que sigue siendo un huevo! Además, para darle un toque personal, lo podemos tintar de colores, haciendo que éste experimento sea aún más divertido. 

¡COMENZAMOS!

Para empezar preparamos los siguientes materiales. Necesitaremos:
  • Huevos (tantos como queramos transformar)
  • Un recipiente. Es aconsejable que tenga tapa porque el olor del vinagre es bastante fuerte.
  • Vinagre (alrededor de un vaso por huevo)
  • Agua
  • Colorantes para teñir el huevo
  • Un soporte, para cuando rompamos el huevo. Puede ser una bandeja.
  • Palillos de dientes
  • Jabón
  • Papel de cocina
  • Guantes

Una vez tenemos todo nos ponemos…¡¡MANOS A LA OBRA!!

Lo primero que hacemos es coger los huevos y colocarlos de uno en uno en su recipiente. Cuando lo hayamos puesto, vertimos el vinagre hasta que se llene el recipiente, sin que rebose.
En el momento que hacemos esto, nos ponemos a observar las burbujas que se forman. 
La máscara de huevo contiene carbonato de calcio, que al mezclarse con el vinagre, produce una reacción química que segrega gas dióxido de carbono. 


Tapamos el recipiente y dejamos actuar durante 2-3 días. Al pasar el periodo de tiempo indicado, sacamos el huevo, lo lavamos con mucho cuidado para quitar cualquier resto de cáscara y vemos cómo se ha quedado. 



El huevo queda recubierto por una ligera membrana. Examinamos los cambios que se han  producido. 
El huevo se ha vuelto elástico y un poco más grande. La máscara ha desaparecido y podemos ver la yema a través de la fina membrana.  















Para darle un toque más personal, volvemos a introducirlo en el mismo tarro, pero ahora con bastante colorante, en lugar de vinagre. Lo volvemos a dejar un tiempo determinado en remojo para obtener el huevo teñido de nuestro color preferido. 




Al día siguiente, ¡es el momento de jugar!

Para ello, colocamos la bandeja (por si se rompe antes de tiempo), y comprobamos cómo rebota. Hay que tener en cuenta, que debemos rebotarlo con cuidado, pues siguen siendo huevos y recordamos que son muy delicados.
Después del divertido momento, toca romper el huevo para ver en realidad qué ha pasado. Sobre la bandeja y con ayuda de un palillo, pinchamos y observamos el contenido. La clara se ha tintado del tono del colorante sin embargo, la yema es más consistente y no se ha teñido. 




La membrana que la protege ha impedido que el colorante traspase hasta ella y la membrana que protegía el huevo entero queda frágil y arrugada. 




Para terminar, siempre hay que recoger todo, tirar a la basura y limpiar con jabón y papel.

¿QUÉ HA PASADO?

La cáscara de huevo está compuesta por carbonato de calcio (CaCO3), y el vinagre es ácido de calcio (CH3COOH), por lo que al mezclarse, la cáscara comienza a consumirse poco a poco, formando pequeñas burbujas que son dióxido de carbono (CO2).
La mezcla de los dos componentes lleva consigo a la transformación del ácido acético y carbonato de calcio, en agua, acetato de calcio y dióxido de carbono. 

Mediante el experimento, comprobamos que la cáscara desaparece y se queda la membrana, que sólo deja pasar a su interior, ciertas sustancias como el vinagre. Al dejar pasar a su interior, el huevo aumenta su tamaño. La resistencia del huevo también ha cambiado y ahora resulta más flexible, hasta el punto de poder rebotar ligeramente. Esto se debe a que la clara está compuesta por proteínas y agua, que al mezclarse con vinagre, su textura junto con la estructura cambia y  se desnaturaliza.


Por último, para saber si el vinagre ha pasado totalmente al interior, hay que romperlo. Podemos comprobar que la clara si ha sido coloreada, pero la yema queda intacta y queremos saber por qué. La yema del huevo está cubierta por otra membrana diferente llamada membrana vitelina. Por lo que deducimos que si la yema no ha sido coloreada, es porque la membrana vitelina es impermeable al agua.




No hay comentarios:

Publicar un comentario